Guiá a tus hijos en su camino hacia la autonomía y la confianza. Cada límite y norma es como sembrar una semilla que les permitirá aprender, resolver problemas, tomar decisiones, ser independientes y confiar en sí mismos.
Cultivá una relación más cercana y respetuosa.
Aprendé a comunicarte de forma abierta y empática, generando un ambiente donde todos se sientan escuchados y valorados.
¡La crianza es mucho más que educar, se trata de enriquecer y nutrir el vínculo que une a la familia!